Luego de haber abandonado esta actividad por varios días, hoy me estoy obligando a procesar y formular unas cuantas frases y basuras prosaicas acerca de cualquier tema.
Ya que es uno de mis "pasatiempos" "favoritos" durante el tiempo que he llevado de vacaciones, creo que hablaré acerca de... Mario All Stars?? .... Sí. De eso.
En realidad la idea de hablar acerca de Mario All Stars viene desde hace un tiempo, y no porque tenga algo relevante que decir acerca de los juegos compilados en él ni de Nintendo en general, sino porque descubrí una manera por medio de la cual me sería mucho más fácil pasar a texto escrito mis ideas o las historias que he inventado pero que no he llegado a escribir. Sucede que esta "manera" se me fue ocurriendo junto con la intención de crear este mismísimo blog en el que escribiría basuras casi diariamente, y que trataran sobre cualquier cosa de las que se me ocurriera decir algo. Traté de pensar en ejemplos y entre ellos se me vino rápidamente a la cabeza el Super Nintendo y el par de juegos que tengo: Donkey Kong Country 3 y Mario All Stars. Desde ahí se me ocurrió que tal vez fuera posible extenderme largamente hablando sobre cada objeto personal, cada posesión que tuviera, pues casi todas tienen necesariamente una historia de cómo las conseguí, cuándo, qué ha sucedido que esté relacionado a ellas, etc. Sería una especie de autobiografía estructurada mediante la descripción de objetos, es decir, los objetos y lo que está relacionado con ellos hablarían de mí, y creo que lamentablemente es así como me resultaría más fácil hablar de pensamientos y hechos de lo que sería a partir de ideas o sucesos más dignos. Entonces pensé en las historias que siempre quise escribir (esto fue luego, cuando estaba recordando partes de las leyendas y aventuras que aparecen en El Señor de Los Anillos, también de modo parcial), proceso en cuyo principio siempre me vi frustrado. Entonces decidí recordar objetos, personajes y hechos de mis invenciones, y hablar separadamente de cada uno de ellos, extendiéndome cuando fuera posible al aportar con más situaciones o personajes relacionados con cada uno de esos pequeños temas. Así es mucho más fácil enriquecer la historia, tenerla más clara y ver fácilmente cuáles son los puntos que están vacíos o confusos. Al menos creo que personalmente será un método muy favorable.
Anoche estaba buscando por internet a alguien que tuviera a la venta el segundo tomo de las obras completas de Tolstoi de "Ediciones Aguilar", unos libros españoles antiguos, preciosos, con tapas de cuero u otros materiales de calidad, papel de biblia, miles de páginas, etc. Tengo el primer tomo, que a mi mamá se lo regaló una compañera de colegio durante su infancia (el papá después la debe haber apaleado hasta el coma), y aunque no he leído siquiera una obra de todas las incluidas, decidí que quiero tener los dos tomos. Tengo muchas ganas de comenzar a leerlo, pero me desanima un poco que sea una colección incompleta. Bueno, el asunto es que de los muchos libros "Aguilar" que encontré, todos eran carísimos. Desde los cincuenta mil hacia arriba. Son realmente unos tesoros, y yo suponiendo que podía encontrarlos baratísimos en alguna feria por ahí. Sigo esperanzado en que encontraré a alguien que no sepa lo que tiene y que me lo venda muy barato, pero mejor me hago a la idea de olvidarlo o ahorrar. Y lo que me parece más increíble de todo, es que el libro de obras completas de Shakespeare era uno de los más caros, y yo, que lo había visto a veinticinco mil en el puesto de un tipo que vende libros usados, lo había encontrado un disparate. Sólo espero que a vuelta de vacaciones pueda volver a encontrarlo.
En fin, viendo anoche tantos nombres de autores cuyas obras colmaban miles de páginas de hermosos libros, a veces en varios tomos, me entró ese sentimiento raro de desesperanza y renuncia por la idea banal de adquisición, junto con otro sentimiento, igual de infrecuente, de deseo real y latente por tener una obra propia, ojalá extensa y rica, en la que se inmortalizara todo aquello a lo que yo daría vida a través de un arduo y apasionado trabajo. Vuelvo a reconocer ahora que siempre he sentido un enorme respeto por las gentes que tienen el don de escribir con fruición, tal vez más que el que siento por los pintores u otros artistas. En realidad tengo una profunda admiración por todo quien haga algo con amor y pasión sin lograr saciarse jamás, pero quizás a quienes más admiro son los literatos, y es eso a lo que más aspiro, muy dentro de mi alma. Algún otro día hablaré de esto con más calma y detalle.
Como había descubierto un método de escritura que me sería muy productivo, provisto de un renovado entusiasmo apagué el computador, fui a mi cuartucho de afuera a buscar un cuaderno nuevo a mis cajas de colección de cuadernos y papeles en blanco, y me puse a escribir descriptivamente ciertos objetos primero, junto con unos cuantos dibujos, incluyendo historias relevantes a ellos, con a veces varias posibilidades a elegir para la formación final del relato. Escribí hasta tarde, no sé a qué hora, y luego me fui cansado a dormir. Sé que en esto no hay nada realmente visible de la novela definitiva, y no puedo sentir que tenga un avance serio, porque ni de literatura incluí algo en mis descripciones y narraciones breves, pero sé que si sigo adelante esto tendrá un significado infinitamente valioso para lo que he querido hacer desde hace muchos años. No quiero dejar de lado jamás la lucha por volver a la vitalidad y creatividad de antes, y sé que casi nunca hago algo al respecto, pero tiene que haber llegado el tiempo ahora para dejar de retroceder y recuperar el tiempo perdido.
Mario All Stars: Ehm... Es posible que de esto hable menos que de cualquier otra cosa en esta entrada.
Siempre me gustaron mucho los juegos de video, aunque en realidad nunca pude tenerlos muy cerca. Todo lo que he tenido relativo a ellos hasta ahora han sido computadores deficientes, en los que pocos juegos decentes funcionaron; el Super Nintendo, en el cual tuve siempre un solo juego, que cambiaba cuando me aburría demasiado hasta que lo abandoné por completo; y el PS One (todas las consolas y computadores siempre desfasadas en cuanto a lo que estaba "in").
Bueno, sucede que mientras le enseñaba a tocar lo básico en guitarra al Benja, sobrino de mi novia, Cindy, él me mostró en Youtube a un tipo que tocaba muy bien las diferentes canciones de Mario Bros. Me quedé muy interesado en esos videos, y aunque fracasé en el intento de tocar las canciones yo mismo, seguí buscando más temas de Mario tocados por otras personas en distintos instrumentos. Un día, mientras los veía, me dieron unas ganas irremediables de jugar Mario en Super Nintendo, y aunque era de noche, salí desesperado a buscar por toda la casa la consola y todas sus partes, de las que encontré la principal junto con el transformador, que tenía el cable medio malo (lo arreglé con masking tape) y los dos controles, sólo uno funciona. Me puse de inmediato a buscar en internet juegos usados de Super Nintendo, esperando encontrar el Mario All Stars o más bien Mario World, y resulta que encontré a un tipo súper carero que vendía uno en que venían todos incluídos. No diré cuánto pagué por él aquí, por vergüenza, pero nadie más lo tenía, y además la tarjeta está en muy buen funcionamiento (a modo de excusa por mi compra compulsiva).
¿Mencioné que acordé la venta esa misma noche y que lo compré al día siguiente? Bueno, así fue. También ese día, antes que nada, me levanté para ir a ver al persa si vendían juegos más baratos y por si encontraba la antena RCA. Sólo encontré lo segundo, lamentablemente, pero es más que razonable en el año 2009 después de una noche de lluvia, con pocos puestos instalados. En fin, esa tarde volví a mi casa a jugar el primer Mario (después de un día muy agitado, ya que no mencioné tampoco que desperté a un amigo, Gustavo, para que buscara sus juegos, fuera a su casa a buscar yo mismo y partiera corriendo a las Rejas a completar la compra del juego caro, no sin antes volver a la casa a buscar la plata...)
De todos modos, esto NO QUIERE DECIR que soy un comprador compulsivo, lo juro. Ciertas personas que me conocen están de acuerdo en que soy una persona a veces muy tacaña, y asumo que la compra de cosas básicas como ropa o comida me parecen gastos extra para mi bolsillo. Es sólo que confío en esos impulsos para comprar algún librillo o un DVD. En realidad sólo recuerdo un caso de cada cosa, así que tampoco sucede a menudo. No entraré a contar la historia de aquellos impulsos, porque sé que esto lo va a leer al menos una persona a la que le he contado y explicado esto más de una vez, y ya me avergüenza haberlo puesto de la misma forma aquí.
Volviendo a MARIO, de una vez por todas, contaré que es casi lo único en lo que he dejado el tiempo pasar estas vacaciones, y ya me tiene un poco mal. Cuando me acuesto y cierro los ojos, no puedo dejar de ver a los koopas acercándose, ni de calcular los movimientos para evitar que me quiten la capa, la cola, la flor, el hongo, en fin, para que no me dejen otra vez con el maldito Mario chico, que me tiene harto. Los marios más antiguos, el primero y el "Lost Levels", los pasé casi completamente con el Mario chico, y cuando lograba encontrar un hongo, descubría que no había logrado aprender a moverme con el Mario grande, y para qué hablar de la flor de fuego... rara vez la tuve. Debo reconocer que aún no me he perfeccionado lo suficiente, aunque ya di vuelta los cinco juegos que vienen incluídos en el All Stars. Volví a pasar el Mario 2, el 3 y el Mario World, y ahora averigüé sobre trucos y cosas escondidas, que aspiro descubrir y completar ahora.
Descubrí que la canción clásica de Mario, la del primer juego, es la que menos me gusta de todas (a excepción de la música de las cuevas en el Mario 2), y creo entender por qué la evitaron o camuflaron en los posteriores. La verdad es que es muy hinchapelotas, y cada vez que empieza hace que todo sea peor. Cuando estaba solo jugando no me molestaba tanto, pero si había personas cerca, o al alcance del sonido de la tele, me daba cuenta involuntariamente de que la canción era cansadora, y eso sumado a perder a cada rato hacía que jugar se volviera una actividad en extremo estresante, por lo que en adelante jugué todos los marios con el volúmen mínimo, para no tener que preocuparme tanto por la insistencia de las melodías.
Está bien, creo que no quiero hablar más acerca de nada por ahora. Iba a intentar escribir más en el proyecto que empecé ayer, pero estoy muy cansado.
Si un pobre diablo leyó hasta aquí, gracias. No sé qué más decirle. Ah!: Lo siento.